miércoles, 30 de noviembre de 2016

Hablar al listón


El agitar incesante de los dedos de su mano derecha. Chasquear los dedos de la contraria y sonreír. Desplegar esa boca contenta siempre para desesperación de sus rivales. Ruth Beitia, 26 de sus 37 años entregados con pasión al atletismo, tiene muchos tics o gestos que le ayudan a concentrarse en la competición, como cualquier otro deportista de élite que se juega la gloria y el honor en escasos segundos. Ayer en el coloquio organizado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid nos enseñó a los afortunados asistentes su oro olímpico de Río que pueden ver todos los que se acerquen al Museo del Deporte, en Santander, su tierra, junto con el resto de sus medallas. De esta forma ella comparte con la afición que tanto la apoya sus triunfos.


Pero también nos habló la atleta más laureada de España, de los momentos amargos como cuando cambió su rutina de entrenamientos y tuvo que ver la final europea desde la grada, sola y con gafas de sol, recuerda con la voz quebrada. Ese fue su momento más duro. A partir de ahí dijo nunca más y ahí está disfrutando como nunca todas y cada una de las finales de todos los campeonatos. Medalla de oro en Río 2016, campeona de Europa en 2012, 14 y 16, mejor atleta del año europea en 2016, premio nacional del deporte. Entre otros títulos y galardones.

La presencia de Ruth en este acto no es casualidad puesto que está estudiando psicología. Y es que esta ciencia es el gran arma de la atleta cántabra que entrena la mente durante toda la temporada, una vez a la semana con su psicóloga que además viaja con ella a las competiciones. Cuando el declive físico es innegable, cobra importancia el poder de la cabeza: 50-50 dice ella, un equilibrio fundamental e inusual todavía en el atletismo español, donde todavía es un recurso poco explotado por los deportistas a diferencia de lo que sucede en Europa o EE.UU. La única española que ha saltado por encima de dos metros sueña con dedicarse a la psicología deportiva, pero todavía no ha llegado ese momento. Ahora ella disfruta como sólo puede hacerse desde la madurez, del premio a su perseverancia, a su duro trabajo, entrenando y compitiendo. Insistiendo en el mérito de contar con un equipo multidisciplinar ¿quién dijo que el atletismo es individualista? Entrenador, nutricionista, fisio, masajista, psicóloga, familia… la saltadora subraya el trabajo en equipo y el papel de la psicología como herramienta para ser autónoma. Para concentrarse y saltar. Desconectar y conectar entre intentos. Reforzar. Visualizar. Respirar para relajar. Acentuar lo positivo. No ver saltar a las tres competidoras previas. No acariciar el listón, su amigo. Técnicas llevadas a la excelencia por una mujer de altura, imprescindible para nuestro atletismo.
Ayer con Ruth, Diana (gracias por invitarme) y Marta, psicólogas deportivas y Running Mothers: un lujo estar rodeada de estas mujeres
 

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